El metaverso, un universo virtual en rápido crecimiento, presenta nuevas oportunidades para las instituciones financieras. Con una tasa de crecimiento prevista de 41,6 % CAGR hasta 2030, el metaverso está experimentando una mayor demanda de varios sectores, incluidos el entretenimiento, la educación y la defensa. A medida que más empresas se aventuran en este ámbito digital, la necesidad de sistemas de transacciones eficientes se vuelve cada vez más evidente.
El papel de los bancos en la economía del metaverso
Los bancos y otras instituciones financieras, con su amplia experiencia en vías de pago, están bien posicionados para capitalizar la expansión de los tipos de pago en el metaverso. Pueden aprovechar su experiencia para desarrollar billeteras seguras y otras soluciones de pago adaptadas a las necesidades únicas de la economía del metaverso.
Sin embargo, el desarrollo de ferrocarriles de pago para el metaverso requerirá un enfoque diferente en comparación con el pago con tarjeta tradicional y las ofertas de transferencia ACH. El éxito en esta nueva frontera requerirá una comprensión profunda de las necesidades transaccionales, de seguridad y de cumplimiento únicas del metaverso.
Transacciones en el metaverso
Actualmente, los pagos de billetera de criptomonedas son el método principal para las transacciones de metaverso. Los usuarios pueden comprar una variedad de bienes virtuales, experiencias e incluso terrenos virtuales y otras propiedades. Sin embargo, el proceso de realizar estos pagos es más complejo en comparación con el comercio electrónico con un solo clic y las transacciones de punto de venta de tocar para pagar.
Para abordar esto, las instituciones financieras pueden desarrollar nuevos métodos de pago para el metaverso, como billeteras enfocadas en el consumidor similares a las que se usan para el comercio electrónico, pero con opciones de pago y seguridad de cadena de bloques que incluyen criptomonedas y otras formas de pago. Este enfoque podría agilizar las transacciones de los consumidores y los pagos entre pares, manteniendo la seguridad y los costos de transacción más bajos asociados con blockchain.
Más allá de facilitar nuevos métodos de pago, el metaverso ofrece a los bancos la posibilidad de admitir nuevos tipos de transacciones. El metaverso amplía la forma en que se crea valor, lo que permite que incluso los creadores a pequeña escala se beneficien de su trabajo. Por ejemplo, los usuarios que asisten a una clase en el metaverso, miran un anuncio, realizan una encuesta o asisten a un concierto pueden ganar tokens de su escuela, marcas favoritas, artistas y anunciantes.
Los bancos también están en una posición ideal para servir como puente entre los pagos del mundo real y las transacciones del metaverso. Un caso de uso potencial es convertir criptomonedas en moneda fiduciaria, lo que permite a los clientes gastar el valor que ganan en el metaverso en línea o en tiendas físicas. Otro caso de uso es ayudar a los clientes a adquirir y administrar productos “gemelos digitales”, duplicados virtuales de bienes físicos comprados en línea.
Cumplimiento normativo: un gran desafío
A pesar de estas oportunidades, los bancos enfrentan desafíos significativos en la construcción de vías férreas de pago en el metaverso, siendo el cumplimiento normativo el mayor obstáculo. Debido a la complejidad del entorno y los costos asociados, los bancos deben crear soluciones que cumplan con los mismos estándares de cumplimiento que el mundo real en cuanto a seguridad y transparencia.
Además, necesitan adaptar esos estándares de cumplimiento a nuevos casos de uso que solo existen en el metaverso. El camino más claro a seguir es trabajar directamente con los reguladores al desarrollar estructuras de pago de metaverso y protocolos de transferencia de valor.
En conclusión, el metaverso presenta una nueva frontera para las instituciones financieras. Al aprovechar su experiencia y trabajar en estrecha colaboración con los reguladores, los bancos pueden desempeñar un papel fundamental en la configuración de la economía del metaverso.