El gobierno federal australiano está preparado para introducir nuevas regulaciones que requerirán que los intercambios de cifrado obtengan una licencia de servicios financieros, informó Australian Financial Review el 15 de octubre.
Está previsto que el subtesorero Stephen Jones revele estas reglas tan esperadas durante la Cumbre Cripto de Revisión Financiera de Australia.
Según el informe, el gobierno se centrará en los intercambios, sometiéndolos a las leyes de servicios financieros existentes, en lugar de regular tokens o criptomonedas individuales.
las nuevas reglas
Los intercambios de criptomonedas que posean más de $5 millones en total o que excedan los $1,500 para cualquier usuario individual deberán obtener una Licencia Australiana de Servicios Financieros (AFSL) emitida por la Comisión Australiana de Valores e Inversiones (ASIC).
Las regulaciones obligarán a las bolsas a adherirse a estándares estrictos, incluida la prestación de servicios de forma transparente y justa, la gestión de conflictos de intereses, la divulgación de información, la presentación de informes financieros y el cumplimiento de los requisitos de solvencia y reserva de efectivo.
Además, se aplicarán normas de custodia de activos para mejorar la protección del consumidor dentro del sector.
Según datos del Tesoro, uno de cada cuatro australianos posee colectivamente miles de millones de dólares en criptomonedas a través de varios intercambios que operan en el país, lo que hace imperativo reforzar la protección del consumidor.
La medida sigue a una serie de hackeos internacionales y casos de mala gestión de riesgos, en particular el colapso del criptoexchange FTX con sede en EE. UU., que incurrió en pérdidas significativas para aproximadamente 30.000 australianos.
Medidas adicionales para las criptomonedas
Al reconocer los riesgos únicos asociados con las criptomonedas, el gobierno tiene la intención de introducir obligaciones adicionales para los intercambios, como la estandarización de los formularios de contrato y la implementación de software de custodia y estándares de transacciones simbólicas inspirados en las regulaciones de Europa, Gran Bretaña, Canadá y Singapur.
El presidente de la ASIC, Joe Longo, dijo en la Cumbre que regular las criptomonedas consiste en establecer estándares mínimos similares a los estándares financieros tradicionales. Destacó la importancia de aplicar protecciones al consumidor, incluidas “obligaciones de diseño y distribución”, al sector de las criptomonedas.
Longo dijo:
“Las criptomonedas deben rendir cuentas con los mismos altos estándares que esperamos de todos los demás”.
La consulta pública sobre los planes del gobierno continuará hasta el 1 de diciembre, y se espera que en 2024 se publique un borrador de exposición de la legislación propuesta.
Los intercambios de criptomonedas tendrán un período de transición de 12 meses para adaptarse al nuevo marco regulatorio una vez que las reglas entren en vigor.
Las NFT seguirán sin estar reguladas
Los tokens que funcionan como productos financieros estarán sujetos a las leyes corporativas existentes. Por el contrario, los tokens no financieros, como los utilizados en videojuegos y los tokens no fungibles (NFT), seguirán sin estar regulados.
Sin embargo, los intercambios que tratan con tokens no financieros seguirán requiriendo AFSL. Las regulaciones propuestas también impondrán ciertas obligaciones a actividades como el comercio, las apuestas y la recaudación de fondos para productos no financieros.
Si bien estas regulaciones apuntan a mejorar la protección del consumidor, también buscan lograr un equilibrio que promueva la innovación.
El Tesoro reconoció el papel cada vez mayor de la tecnología blockchain y la tokenización en los mercados financieros y dijo que apunta a crear regulaciones que se adapten a la creciente tokenización de activos.
Joe Longo, de ASIC, aseguró a la industria que el regulador no está en contra de la tecnología de contabilidad distribuida, la tokenización o las monedas digitales de los bancos centrales, siempre y cuando prioricen la protección del consumidor.