- La reciente promoción de la URF contribuyó a socavar la credibilidad de Solana.
- Según se informa, el equipo de URF utilizó los fondos de preventa para intercambiar monedas meme.
Desde su lanzamiento en 2020, Solana [SOL] ha experimentado varios valles y crestas en la acción del precio. Sin embargo, ha ganado una inmensa tracción con el tiempo y la marea, ubicándose actualmente en el puesto número 4 en CoinMarketCap.
En la última actualización, Solana cotizaba a 188,39 dólares, lo que supone un aumento del 3,11% en las últimas 24 horas. En medio de esta popularidad, algunos malos actores se han aprovechado del auge de Solana.
Por eso, el 3 de abril, @zachxbtllevado a X (anteriormente Twitter), arrojó luz sobre el lanzamiento de una nueva memecoin basada en Solana llamada URF.
El autoproclamado “detective 2D” señaló:
“El influencer @BryceHall hizo varias publicaciones promocionando una preventa incompleta de Solana para una moneda meme llamada URF, ayudándolos a recaudar ~ 2400 SOL ($ 450 mil)”.
¿Qué está pasando con la URF?
El 20 de marzo, Bryce Hall, un conocido influencer, publicó sobre la preventa de URF en su cuenta X.
Sin embargo, dentro de las 24 horas posteriores a su lanzamiento y después de recaudar fondos durante la fase de preventa, el equipo desapareció. Además, sus cuentas de redes sociales han estado inactivas desde el 26 de marzo.
Zachxbt elaboró,
“En cambio, el equipo de URF ha estado utilizando los fondos restantes de la preventa para intercambiar monedas meme”.
Esto conmovió a la comunidad, que comenzó a cuestionar la credibilidad y seguridad de las monedas meme basadas en Solana. Un usuario simplemente fijado,
“Lol sabía que esto iba a suceder”.
Muchos usuarios señalaron la historia pasada de Hall de promover tokens “turbios”, como lo era atrapado promocionando También se produjeron “estafas criptográficas” durante el último mercado alcista.
Esto trae de vuelta la vieja pregunta de si los influencers deberían ser más cautelosos con lo que promueven, considerando las consecuencias si las cosas son indecorosas.
Además, ¿hasta qué punto deberían los inversores confiar en lo que ven online?
Como otro usuario Dilo hilarantemente,
“Pero su señoría… dije DYOR”.