En su último blog correo Titulado “Por qué sigo apostando por Bitcoin”, el experto financiero e inversor experimentado Bill Miller IV, CFA, CMT, presidente y CIO de Miller Value Partners, reiteró su postura alcista sobre Bitcoin. Según Miller, presidente, CIO de Miller Value Partners e hijo del legendario inversor Bill Miller III, Bitcoin sigue en las primeras etapas de una transición secular en las perspectivas de gobernanza y capital global.
Bitcoin: todavía es temprano
El análisis de Miller comienza con una reflexión sobre una tesis que presentó por primera vez en 2015 en su artículo, “El caso de un inversor de valor a favor… ¡¿Bitcoin?!”. Sostuvo que Bitcoin tenía un potencial mucho más allá de su valoración en ese momento, ya sea como una red de pago revolucionaria o como una alternativa viable al capital fiduciario tradicional.
Un avance rápido hasta el día de hoy, Miller observa el ascenso de Bitcoin, pero sostiene que su viaje está lejos de terminar. Su valoración actual sitúa la capitalización de mercado de Bitcoin en alrededor de 1,5 billones de dólares, una cifra que considera minúscula en comparación con el sistema global de capital fiduciario de casi mil billones de dólares.
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“A pesar de que Bitcoin alcanzó recientemente nuevos máximos frente a todas las monedas fiduciarias, creo que hoy en día Bitcoin todavía está significativamente infravalorado y que es probable que el mundo se encuentre en las primeras etapas de un cambio secular en torno a cómo los humanos piensan sobre el capital y su gobernanza”, escribe Miller. Señala las deficiencias de los sistemas monetarios actuales, que son propensos a errores y manipulación humanos, lo que a menudo conduce a la devaluación de la moneda a través de la inflación y la mala gestión.
En apoyo de su argumento, Miller hace referencia a “Dinero roto” de Lyn Alden, que describe el precedente histórico de tecnologías monetarias superiores que eventualmente eclipsan a sus contrapartes obsoletas. El análisis de Alden sugiere que cuando a las personas se les presentan mejores opciones para preservar o aumentar sus recursos financieros, invariablemente gravitarán hacia esas opciones.
“La historia muestra que la mejor tecnología monetaria inevitablemente gana, a medida que la gente cambia tecnologías de capital de depreciación inferiores por otras superiores que se alinean mejor con el objetivo de los usuarios de preservar o aumentar su conjunto de opciones a lo largo del tiempo”, escribe Miller. Bitcoin, con su libro de contabilidad descentralizado, transparente e inmutable, ofrece una alternativa sólida a los sistemas fiduciarios cargados de gobernanza.
Miller también profundiza en los fundamentos técnicos y filosóficos de Bitcoin, describiéndolo como un “verdadero avance tecnológico”. A diferencia de los sistemas monetarios tradicionales, Bitcoin opera a escala global sin necesidad de un control centralizado, lo que permite transacciones resistentes a la censura y la confiscación. Esta propiedad por sí sola, según Miller, cambia radicalmente la dinámica de cómo se transfieren y gestionan los derechos de propiedad a través de fronteras y generaciones.
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También comenta sobre la lucha del público en general por comprender y valorar las tecnologías revolucionarias, citando los beneficios sustanciales generados por empresas como NVIDIA, Google y Meta como ejemplos de lo que sucede cuando se adoptan nuevos paradigmas. “Los humanos son notoriamente malos a la hora de contextualizar la relevancia y el potencial de las nuevas tecnologías”, afirma Miller, enfatizando que el caso de Bitcoin no es diferente.
“Esta brecha es especialmente amplia en el caso de conceptos innovadores de naturaleza epistémica, es decir, inventos que cambian la forma en que pensamos y nos relacionamos con la información y entre nosotros. También explica por qué NVIDIA, Google y Meta han generado rentabilidades enormes en comparación con otras acciones”, afirma Miller.
En una conclusión convincente de su argumento, Miller reconoce los riesgos inherentes y la volatilidad asociados con Bitcoin. Como tecnología y clase de activos que aún se encuentra en su fase de desarrollo, enfrenta posibles cambios en la percepción y el panorama regulatorio. Sin embargo, advierte que subestimar el potencial a largo plazo de Bitcoin podría ser tan dañino como ignorar los primeros signos de cualquier cambio tecnológico importante.
“Aún es temprano”, concluye Miller, sugiriendo que el viaje de Bitcoin apenas comienza. Sigue confiando en que a medida que el mundo siga lidiando con las limitaciones de las monedas fiduciarias y las posibilidades que presentan los activos digitales, el verdadero valor de Bitcoin eventualmente se hará realidad, lo que refleja su capacidad para redefinir el tejido de los sistemas económicos en todo el mundo. Esta postura no sólo refuerza su estrategia de inversión sino que también sirve como un pronóstico audaz para el futuro de las finanzas.
Al momento de esta publicación, BTC cotizaba a $67,406.
Imagen destacada del gráfico CNBC de TradingView.com