Una coalición de legisladores estadounidenses dirigidos por la senadora Elizabeth Warren ha introducido un nuevo proyecto de ley de reforma de ética dirigida a empleados especiales del gobierno (SGE) como Elon Musk y la asesora criptográfica de la Casa Blanca, David Sacks.
La propuesta, titulada el Ley especial de aplicación y reforma de ética de empleados gubernamentales (SEER)busca aplicar estándares de transparencia y responsabilidad más estrictos a las personas que sirven en roles de asesoramiento mientras mantienen los lazos del sector privado.
Los SGE son trabajadores federales a tiempo parcial permitidos para cumplir hasta 130 días al año. A diferencia de los funcionarios a tiempo completo, no siempre se les exige que revelen sus intereses financieros a menos que superen una calificación salarial específica.
Esta estructura ha planteado preocupaciones sobre los conflictos de intereses, especialmente en casos que involucran cifras de alto perfil como Elon Musk, que sirve en capacidades de asesoramiento mientras tiene roles de liderazgo en empresas privadas con contratos federales.
El senador Warren argumentó que personas como Musk, que se benefician de los principales acuerdos del gobierno, no se les debe permitir operar en zonas grises tan éticas. Según ella, Musk gana millones de contratos gubernamentales, pero evita los requisitos de divulgación esperados de altos funcionarios.
La Ley SEER ha recibido el apoyo de una amplia coalición de grupos de promoción y regalos. Estos incluyen ciudadano público, ciudadanos por responsabilidad y ética en Washington (tripulación), el Proyecto sobre Supervisión del Gobierno (POGO), Defensores de Democracia del Estado, Centro Legal de Campaña, la Federación Americana de Empleados del Gobierno (AFGE) y la Unión Nacional de Empleados del Tesoro (NTEU).
Disposiciones clave de Veer
La Ley SEER ampliaría las reglas de ética existentes para cubrir SGE a partir de su 61 días en el cargo. Después de 130 días, se prohibiría a SGE que reciba una compensación externa relacionada con sus roles no gubernamentales.
El proyecto de ley también presenta reglas más estrictas de conflicto de intereses. Los SGE que dirigen empresas con contratos federales o poder monopolístico se les prohibiría participar con agencias que regulan o se contraen con esas compañías.
Mientras tanto, la legislación requiere que la Oficina de Ética del Gobierno apruebe todas las exenciones de conflicto de intereses para que SGE aumente la supervisión pública. También exige el acceso público a estas exenciones y revelaciones financieras.
Además, la Oficina de Gestión de Personal crearía una base de datos pública que enumera todos los SGE, incluido el número de días atendidos y el motivo de su clasificación.
Si se aprueba, la Ley SEER elevaría la barra ética para los asesores gubernamentales a tiempo parcial y limitaría la influencia de los líderes corporativos en la configuración de la política federal detrás de las puertas cerradas.