La Junta de Normas de Contabilidad Financiera (FASB) adoptó oficialmente nuevas reglas contables para Bitcoin, lo que marca un cambio significativo en el panorama financiero de las corporaciones. Este cambio, efectivo para los años fiscales que comienzan después del 15 de diciembre de 2024, introduce la contabilidad del valor razonable para Bitcoin, alineando su tratamiento con otros activos financieros.
El reciente anuncio de la FASB de aplicar la contabilidad del valor razonable a Bitcoin representa un momento decisivo en la integración de los activos digitales en las principales finanzas corporativas. Michael Saylor, director ejecutivo de MicroStrategy, alabado este desarrollo, señalando su potencial para catalizar la adopción de Bitcoin por parte de las corporaciones globales como activo de reserva del tesoro. Este sentimiento se hace eco de la expectativa más amplia de que estos cambios mejorarán el atractivo y la practicidad de mantener Bitcoin en los balances corporativos.
Fred Thiel, director ejecutivo de Marathon Digital, enfatizado la importancia de este movimiento, destacando el impacto de la contabilidad total de mercado a mercado para las instituciones y corporaciones que poseen Bitcoin. Este cambio sugiere un enfoque más dinámico y receptivo para valorar los activos digitales, transformando potencialmente la forma en que las empresas administran e informan sus tenencias de Bitcoin.
En una conversación con Bloomberg Tax, el director financiero de Marathon, Salman Khan, de Marathon Digital Holdings, expresó optimismo sobre las nuevas reglas. Señaló que la estandarización de las prácticas contables para Bitcoin aumentará la confianza de los inversores y dará legitimidad a la criptomoneda como activo corporativo.
Contabilidad del valor razonable de FASB para Bitcoin.
La Actualización de Normas de Contabilidad (ASU) de FASB tiene como objetivo perfeccionar los procedimientos de contabilidad y divulgación de criptoactivos específicos. El presidente de FASB, Richard R. Jones, subrayó la urgencia de mejorar estas prácticas, sentimiento que refleja la creciente relevancia de los activos digitales en el mundo financiero. Según la FASB, el nuevo estándar busca ofrecer información más pertinente que se alinee con las realidades económicas de criptoactivos específicos y la posición financiera de una empresa. También apunta a simplificar la complejidad asociada con las prácticas contables actuales.
Según las nuevas modificaciones, las entidades deben medir los criptoactivos calificados a su valor razonable en cada período de informe, y cualquier cambio se reconoce en los ingresos netos. Este enfoque garantiza que la valoración de estos activos se mantenga actualizada y precisa, reflejando las condiciones del mercado. Las enmiendas también exigen divulgaciones detalladas sobre tenencias importantes de criptoactivos, restricciones de venta contractual y cambios transaccionales durante el período del informe.
El alcance de estas modificaciones se aplica a todos los activos que cumplen varios criterios, incluido ser un activo intangible según se define en la Codificación de Normas de Contabilidad FASB, asegurado mediante criptografía y que reside en un libro mayor distribuido o tecnología similar. En particular, estos activos no deben ser emitidos por la entidad que informa o sus afiliadas y deben ser fungibles. Específicamente, las pautas establecen que los activos digitales calificados deben:
- Cumplir con la definición de activo intangible tal como se define en la Codificación de Normas de Contabilidad FASB®
- No proporcione al titular del activo derechos exigibles o reclamaciones sobre bienes, servicios u otros activos subyacentes.
- Se crean o residen en un libro de contabilidad distribuido basado en blockchain o tecnología similar.
- Están protegidos mediante criptografía.
- son fungibles
- No son creados ni emitidos por la entidad que informa o sus partes relacionadas.
Este cambio en las normas contables por parte de la FASB significa una aceptación e integración más amplia de activos digitales como Bitcoin en el marco formal de información financiera. Refleja la evolución del panorama de las finanzas corporativas, donde los activos digitales se consideran cada vez más componentes legítimos y valiosos de la cartera de activos de una empresa.
Las implicaciones de este cambio son de gran alcance y potencialmente influyen en las estrategias de inversión, los informes financieros y la percepción general de las criptomonedas en el mundo empresarial. Además, siguiendo las pautas actualizadas, la posible designación como valor para cualquier activo digital se vuelve más pertinente para las corporaciones interesadas en proyectos criptográficos fuera de Bitcoin.